Amigo, te están prohibiendo…
Restrictiva es la palabra más suave que puedo decir, me parece horrible lo que están haciendo con nosotros… ¿Cómo es eso que no podremos fumar en ciertos lugares? ¿Qué será de mí en el momento en que vaya a comer a fuera y quiera fumarme el típico cigarro después del postre? Esta nueva ley realmente no pasará inadvertida, sé que habrá repercusiones, una cantidad considerable de nuestro país tiene el vicio de fumar y no se quedarán de brazos cruzados… Por lo que estuve leyendo me he dado cuenta que si me sorprenden fumando en el casino de mi universidad recibiré amonestación, el aire libre es uno de los pocos lugares que aún tenemos disponible.
Con una cantidad sorprendente a favor, digna de connotación, pues nunca antes oposición y oficialismo habían estado tan de acuerdo, se aprobó esta ley…Pero ¿Qué pasa? O ustedes señores parlamentarios me dirán que ¿No extrañarán su barra de nicotina y alquitrán mientras tengan que estar en alguna de las más aburridas y largas sesiones del congreso?
Me es difícil ponerme en el lugar de la gente que no fuma, tengo tan arraigado el vicio que me cuesta mucho imaginar que alguien no quiera al cigarro, pero en fin… como dicen por ahí es necesario ser empático, esta bien, lo seré aunque sólo sea para escribir esta columna, jajaja ¿Felices? Lograron lo que querían, nos dejarán con las ganas de fumarnos nuestro cigarro, que en verdad, aunque les cueste creer, me hará falta. Mi abuela hace poco partió y creo que ella hubiese detestado este momento, en honor a ti escribo y porque además estoy molesto, tú sabes que el cigarro es fundamental…a partir de hoy el vicio se volverá más privado, tendremos que entrar a intimar con el cigarro, alcanzándolo en lugares como nuestro propio hogar nooooooooo ¿Qué será de un carrete sin cigarro? Creí que en Democracia estábamos, esta ley me confirma que estamos más restrictivos que en un período que no vale la pena mencionar, no quiero producir polémicas, pero creo que saben a que me refiero. Ya suficiente, adiós, me iré a fumar, por suerte estoy en mi departamento, pero no me extrañaría que viniese un escrupuloso vecino a decirme: “Señor, apague el cigarro”, si eso sucede tendré el placer de informarle: “Estoy en mi aposento, váyase a donde usted sabe”.
Restrictiva es la palabra más suave que puedo decir, me parece horrible lo que están haciendo con nosotros… ¿Cómo es eso que no podremos fumar en ciertos lugares? ¿Qué será de mí en el momento en que vaya a comer a fuera y quiera fumarme el típico cigarro después del postre? Esta nueva ley realmente no pasará inadvertida, sé que habrá repercusiones, una cantidad considerable de nuestro país tiene el vicio de fumar y no se quedarán de brazos cruzados… Por lo que estuve leyendo me he dado cuenta que si me sorprenden fumando en el casino de mi universidad recibiré amonestación, el aire libre es uno de los pocos lugares que aún tenemos disponible.
Con una cantidad sorprendente a favor, digna de connotación, pues nunca antes oposición y oficialismo habían estado tan de acuerdo, se aprobó esta ley…Pero ¿Qué pasa? O ustedes señores parlamentarios me dirán que ¿No extrañarán su barra de nicotina y alquitrán mientras tengan que estar en alguna de las más aburridas y largas sesiones del congreso?
Me es difícil ponerme en el lugar de la gente que no fuma, tengo tan arraigado el vicio que me cuesta mucho imaginar que alguien no quiera al cigarro, pero en fin… como dicen por ahí es necesario ser empático, esta bien, lo seré aunque sólo sea para escribir esta columna, jajaja ¿Felices? Lograron lo que querían, nos dejarán con las ganas de fumarnos nuestro cigarro, que en verdad, aunque les cueste creer, me hará falta. Mi abuela hace poco partió y creo que ella hubiese detestado este momento, en honor a ti escribo y porque además estoy molesto, tú sabes que el cigarro es fundamental…a partir de hoy el vicio se volverá más privado, tendremos que entrar a intimar con el cigarro, alcanzándolo en lugares como nuestro propio hogar nooooooooo ¿Qué será de un carrete sin cigarro? Creí que en Democracia estábamos, esta ley me confirma que estamos más restrictivos que en un período que no vale la pena mencionar, no quiero producir polémicas, pero creo que saben a que me refiero. Ya suficiente, adiós, me iré a fumar, por suerte estoy en mi departamento, pero no me extrañaría que viniese un escrupuloso vecino a decirme: “Señor, apague el cigarro”, si eso sucede tendré el placer de informarle: “Estoy en mi aposento, váyase a donde usted sabe”.
PD: En este tema definitivamente no puedo ponerme en otro lugar que no sea el del vicioso…
J.M.M.A